El Mozote, 16 de enero de 2021
Las organizaciones reunidas en el Mozote, el 16 de enero del 2021, expresamos nuestro más grande y eterno agradecimiento a los miles y miles de salvadoreñas y salvadoreños que lucharon contra la dictadura militar, muchos de ellos que entregaron sus vidas para que su pueblo, hoy en día, pudiera tener una vida más digna, con mayor justicia social y mayor libertad.
Rechazamos categóricamente todo intento de borrar su sacrificio y aporte a la historia, o disminuir los horrores de la dictadura militar y la guerra de 12 años que se desató en nuestro país. En este sentido, nos sentimos profundamente agraviados por las declaraciones del Presidente de El Salvador, quien, el pasado 17 de diciembre, de manera irrespetuosa y ofensiva, calificó a esta guerra que tanto costo social ha tenido para nuestro pueblo y a los Acuerdos de Paz como “farsa”, y vino a decir tal barbaridad en este lugar sagrado de nuestra memoria histórica: El Mozote.

La masacre de El Mozote, donde el Batallón Atlacatl mató a más de 1000 campesinos y campesinos de los cantones El Mozote, La Joya, Cerro Pando, Jocote Amarillo, Ranchería y Los Toriles, es símbolo de la barbarie cometida por las fuerzas represivas, muchas de ellos entrenadas en la Escuela de las Américas en los EEUU, contra la población civil. Esta masacre formó parte de la estrategia militar de la Fuerza Armada de El Salvador durante los años 1980 a 1982 conocida como “operaciones de tierra arrasada”. Más de 700 masacres de este tipo se dieron a lo largo y ancho del país, dejando saldos escalofriantes.
Los Acuerdos de Paz que dieron fin a la guerra desmontaron a la dictadura militar y asentaron las bases para la construcción de la democracia en nuestro país. Se desarticularon muchas de las fuerzas represivas, se construyó un nuevo cuerpo policial, se diseñó nuevamente el sistema electoral y se dieron cambios importantes en el sistema judicial. Pusieron las bases para una legislación especial a favor de las personas lisiadas de guerra, contemplaron la entrega de tierras a las y los protagonistas e instauraron la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos.
Los acuerdos, respaldados por las Naciones Unidas, establecieron la instalación de una Comisión de la Verdad, como base para avanzar hacia el cumplimiento del derecho a la verdad, para establecer medidas de no repetición de graves violaciones a los derechos humanos y propiciar la reconciliación. Registraron más de 22,000 denuncias de graves hechos de violencia ocurridos en El Salvador durante el período de enero de 1980 a julio de 1991. Un 95% fueron atribuidos a agentes del Estado, a grupos paramilitares aliados con éstos y a los escuadrones de la muerte.
A 29 años de la finalización de la guerra, las víctimas-sobrevivientes seguimos exigiendo justicia reparadora. Es obligación del Estado, y de su mandatario, dar seguimiento a los avances logrados en vez de mancillarlos y facilitar los procesos que siguen abiertos, pero no finalizados.
Realizar actos propagandísticos como borrar el nombre del asesino Domingo Monterrosa de fachada del cuartel de la Tercera Brigada de Infantería de San Miguel, no tiene ningún sentido reparador si no se le vincula a acciones que garantizan el derecho a la verdad y el acceso a la justicia como la apertura de los archivos de la FAES y los extintos cuerpos de seguridad. Le exigimos a Bukele que honre los compromisos del Estado salvadoreño con relación a la indemnización de las víctimas.
Su deber es propiciar la reconciliación de la sociedad salvadoreña, aún inconclusa, no profundizar divisiones, creando enemigos donde no están. No es propiciar ni alentar una cultura de odio. Es educar al pueblo, en vez de manipularlo, sembrar semillas de virtud y humanismo, no dar rienda libre al egoísmo, la mezquindad, la desesperación y el desprecio, valores encarnados en el sistema neoliberal.
Como primer mandatario del Estado, le exigimos enaltecer al pueblo, no degradarlo. Ayudar al pueblo a salvaguardar su memoria, no borrarlo con su brocha de vilipendios.
En este sentido llamamos al presidente Bukele a disculparse por su contundente ultraje a las víctimas y sobrevivientes de violaciones de los derechos humanos en el marco de la guerra. Sus declaraciones del 17 de diciembre, en este lugar simbólico y sagrado fueron inoportunas e inaceptables. Hoy realizamos este acto de desagravio para sanar nuestros espíritus indignados, homenajear a nuestros héroes y mártires cuya memoria quiso denigrar y animarnos a seguir trabajando por la justicia social en nuestro país.
¡NI LA GUERRA NI LOS ACUERDOS DE PAZ FUERON FARSAS!
El Mozote, Morazán, 16 de enero del 2021.

Firman:
ACISAM – Asociación de Capacitación e Investigación para la Salud Mental
ANADES – Asociación Nuevo Amanecer de El Salvador
ARPAS – Asociación de Radiodifusión Participativa de El Salvador
CEBES El Salvador- Comunidades Eclesiales de Base
CEIPES – Coordinación Ecuménica de la Iglesia de las y los Pobres de El Salvador
COLECTIVO DE DERECHOS HUMANOS “HERBER ANAYA SANABRIA”
COLECTIVO PRO RESCATE DE LA MEMORIA HISTORICA “EL VOLCANCILLO”
COLECTIVO ROMERIANO “P. NETO BARRERA”
CONFRAS – Confederación de Federaciones de la Reforma Agraria Salvadoreña
CRIPDES – Asociación para el Desarrollo de El Salvador
FUNDAMHER – Fundación Hermano Mercedes Ruíz
GENERACION ROMERO