“Las elecciones, a veces son la venganza del ciudadano. La papeleta es un puñal de papel”. (David Lloyd George)
Por: Gelen López
Hay muchas maneras de manifestarse en el mundo frente a un problema ya sea familiar, social o político. Pero la decisión es muy difícil cuando se trata de elecciones políticas y más allá del futuro de la democracia en nuestro país, al tener a personas postuladas sin ganas de apostarle verdaderamente al pueblo, pero si con ganas de apostarle a sus bolsillos y sacar lo que logren de las grandes deudas externas y créditos internacionales, que sin contemplaciones de los salvadoreños han llevado a cabo ya que al final son ellos los que pagarán todos los “beneficios e innovaciones” que el estado invierte en ellos.
En tiempos electorales todo se torna color de rosa y las personas más vulnerables son aquellas que necesitan y carecen de esa ayuda que prometen en cada discurso y show político durante su candidatura, es muy fácil hacer promesas pero tan difícil poder cumplirlas, es muy fácil llegar a un cantón y prometer calles “nuevas” cuando los pobladores han escuchado eso cada vez que habrán elecciones, es muy fácil prometerles cisternas a las personas que no tienen agua potable y saber que nunca les cumplirán es nada más una estrategia de engaño para salirse con las suyas.
En el Salvador aún falta que muchas personas abran los ojos ante lo que está pasando: ¿acaso son cómplices y son ustedes mismos los que contribuyen a darle más poder al poder sin que les cumplan lo prometido? Si son curiosos y observadores pueden adentrarse a las comunidades más rurales de El Salvador y conocer las necesidades de estas, persiste una gran desigualdad social, hay discriminación entre un agricultor y un profesional, entre una mujer de campo a una mujer de oficina, entre un joven que estudia en una institución pública y otro en una privada.
En este período electoral se debe analizar qué es lo que se quiere para el futuro, se debe aprovechar que aún se tiene esa oportunidad de poder “elegir”, o al menos eso hacen creer que aún son los salvadoreños quienes eligen a los que estarán al frente del país, en los diferentes órganos de estado. Deben tomar esta oportunidad para manifestarse contra lo que no se está de acuerdo, y para lo que si se está.
La juventud mayoritariamente tiene que hacer valer su voz y voto ya que muchos podrán votar este año y demostrar que no les compran con una computadora, con una promesa de calle y mucho menos con comida, porque velar por la soberanía alimentaria es un deber del estado, así como también un sistema público de salud justo ya que quienes pagan los seguros son los mismos trabajadores que merecen una “atención justa”. Se debe exigir una educación en donde se nos eduque para ir creando una sociedad más justa y no para llenarle los bolsillos a las grandes empresas educativas con fondos de la clase trabajadora.
No se debe decir por quién votar, sino pensar por quien ir a votar, quien llena nuestras expectativas, quienes si le apuestan por un nuevo proyecto ser personas con pensamiento crítico, libre y justos en nuestras decisiones seamos soñadores sobre el futuro que en realidad queremos para el país y para darle valor a aquellos que dieron su vida por un El Salvador libre sin ataduras y privatizaciones de lo público de impuestos absurdos que cobran por caminar, sentarte, comer, comunicar a quienes menos tienen y dejan sin cobrar a quienes más tienen.
Ser transformadores de una sociedad y de un país justo e igualitario empezando por uno mismo… Por el esfuerzo comunitario, por identificar las causas comunes y exigir su cumplimiento. De esta forma superamos los divisionismos sembrados por quienes viven de dividir el pueblo para dominarlo. ¡Seamos sujetos políticos desde la construcción comunitaria hasta la participación en elecciones con nuestro voto crítico y consciente!
Gelen López, Jardines de Colón, 26 de febrero de 2021
La autora de 24 años es estudiante de comunicaciones, promotora juvenil y miembro activo de la comunidad eclesial de base “Mons. Romero” de Jardines de Colón, además forma parte del equipo promotor de la Asociación de Comunidades de Base “Mons. Oscar Arnulfo Romero” en La Libertad (ACOBAMOR).